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La entrevista de trabajo



 Cualquiera que sea el escalafón jerárquico, la entrevista es un paso obligado, una herramienta de selección inevitable empleada por los consultores y por las mismas empresas.

 Muchos candidatos, incluso muy cualificados para un puesto, han sido desplazados por uno de sus competidores simplemente porque no han sabido manejar las técnicas elementales de la entrevista.

 Sorprendidos y desestabilizados por las preguntas intencionadamente estresantes de sus interlocutores, insuficientemente informados sobre su empleador potencial, han dejado transmitir signos de timidez o nerviosismo mal controlados.
Esto a menudo es suficiente para comprometer un buena oportunidad para el desarrollo de una carrera.

 Si está buscando un empleo o tiene el deseo de dar un nuevo impulso a su vida profesional, los consejos prácticos que siguen pueden permitirle tener la situación controlada de forma sencilla.

LA CITA HA SIDO FIJADA: PREPÁRESE A PARTIR DE AHORA
 Analice su pasado

De la misma forma que un buen vendedor conoce bien su producto, para brillar en el transcurso de una entrevista hace falta saber venderse y conocerse a uno mismo. Haga memoria y analice:
  • Sus competencias técnicas (desarrollo académico, función, especialización, conocimiento profesional, conocimientos lingüísticos...);
  • Su personalidad (sus rasgos de carácter, su enfoque de la vida, su grado de motivación, su confianza en usted, su relación con los demás en lo privado o en su vida profesional);
  • Su adaptabilidad (su capacidad de trabajar en equipo, de integrarse y de progresar en una nueva sociedad).
Intente ilustrar con ejemplos cada una de sus cualidades. El objetivo es demostrar que a través de aquéllo que ha realizado, se han logrado una serie de competencias en adecuación con las exigencias del puesto a cubrir.

Esta puesta a punto no sólo le servirá para tener éxito en su entrevista, sino también para redactar una carta de candidatura y un C.V. mejorados.


 
Reflexione sobre el futuro

Pregúntese sobre sus proyectos personales y profesionales:
  • Defina sus metas; ¿qué espera de su nuevo puesto (lugar, importancia de la sociedad, función, salario, responsabilidades, personalidad del patrón...)?
  • Precise su proyecto profesional: ¿es lógica su trayectoria?
  • ¿Es su proyecto coherente con su trayectoria profesional?
  • ¿Por qué pretende el puesto ofrecido?, ¿coincide su candidatura con la función buscada?

 
Infórmese sobre su futuro jefe:

Aprender a conocer la empresa interesada es una condición indispensable en la entrevista; deberá igualmente saber hacer las preguntas pertinentes y demostrar su motivación. Busque información acerca de:
  • El sector de la actividad, el mercado, la competencia. ¿Quiénes son los líderes del mercado? ¿Es este un mercado en crecimiento o en recesión? ¿Sufre esta industria las consecuencias del desarrollo del comercio de países del Sudeste Asiático? ¿Existe en la actualidad una quiebra o baja importante que afecte a sus productos o servicios? ¿Cuáles son las organizaciones que prevalecen en esta industria?
  • La empresa en sí. ¿Cuáles son los productos y los servicios? ¿Cuál es la estructura de la sociedad? ¿Cuál es la repartición del accionariado? ¿Tiene una actividad internacional? ¿Ha habido cambios recientes en la dirección y el accionariado? ¿Cuál es la cultura de la empresa?
Adquiera los folletos comerciales y el informe anual de la empresa, hágase pasar por un cliente y llame a la dirección comercial para tener más información, entre en contacto con los miembros de la sociedad.
EL DIA D: PONGA TODO DE SU LADO PARA VENDERSE DE LA MEJOR MANERA


 Prepare el material necesario en la entrevista
 Un bloc de notas: Las notas que tome le ayudarán a preparar otras entrevistas y servirán de indicio al interlocutor de su atención e interés en el puesto.
 Un CV idéntico al que ha enviado; también, si procede, una copia de artículos, informes y estudios que haya publicado.
 Si llega el caso, el texto del anuncio en prensa.
 La lista de preguntas que desea hacer.
 Una agenda, para una posible segunda cita.
 Las nominas y certificados de trabajo (sin embargo rara vez se piden).
 Cuide su imagen hasta en los mínimos detalles
 La presentación: Cuide su apariencia, evite los colores vivos (rosa fuerte, rojo escarlata...), emplee tonos más neutros (gris claro, antracita, crema, negro...); deje de lado los escotes y las minifaldas, así como los calcetines blancos, amarillos o rojos...
 La postura: Sea natural, acomódese bien en su asiento (si se echa para atrás, busca protegerse; si avanza, es para convencer; si mantiene la misma posición, es usted demasiado rígido). La mejor posición es la siguiente: las piernas simplemente cruzadas, un brazo sobre el brazo del asiento, el otro sobre una pierna; la cabeza y la espalda rectas, las manos distendidas. Relájese, pues la tensión conlleva siempre un bloqueo de los músculos (rostro crispado, sonrisa forzada...).
 La mirada: Que no sea huidiza, diríjala a su interlocutor. Una mirada directa indica generalmente un contacto fácil y franco. Una mirada caída denota malestar y disimulo. Una mirada demasiado alzada se da en personalidades imaginativas aunque implican una evasión de la realidad.
 La voz y la entonación: No hable demasiado rápido, así ganará en claridad; una voz grave es preferible frente a una voz nasal o demasiado aguda. ¡Practique!
 La expresión oral: Emplee frases cortas y precisas, y verbos de acción. Evite las palabras con connotación negativa ("problema, desgracia, preocupación"), así como las frases hechas, los clichés. Fuércese en terminar todas sus frases y en emplear términos precisos: "cosa, algo" son signos de que su vocabulario es pobre, que tiene pereza intelectual. Restrinja los tics del lenguaje ("si quiere, creo que, me parece que"), la jerga demasiado técnica (en una primera entrevista su interlocutor no tiene por qué conocer los detalles de su oficio), así como los términos "de moda" o las palabra en jerga de la calle.
La primera impresión que produzca es primordial; preséntese al consultor y agradézcale el haberle recibido. Su forma de estrechar la mano debe ser franca y segura (si en la sala de espera sus manos están sudorosas, ¡váyase a lavarlas!). Espere a que el consultor le llame; no llegue con aires de comerse el mundo, pregunte dónde puede dejar su abrigo y espere a que le invite a sentarse.


 
Examínese usted mismo antes de la entrevista
 He hecho de la manera más objetiva mi autoevaluación.
 Domino perfectamente mi CV.
 He adquirido un buen conocimiento de la empresa y con quién me encuentro.
 Sé qué puedo aportar al puesto.
 Llevo preparadas una serie de preguntas precisas sobre la empresa que sabré integrar en la entrevista.
 Me he fijado bien en el recorrido para llegar al lugar de la cita (la puntualidad es esencial).
 Tengo en mente el nombre y la función de la persona con quién me encuentro, así como un número de teléfono en caso de incidente en el recorrido.
 He decidido mi comportamiento con cuidado, en función del puesto y de la empresa.
EJERCÍTESE EN LOS DISTINTOS TIPOS DE ENTREVISTA


 La entrevista ideal
Se trata de una entrevista de lo más corriente; dura de 1 hora a 1½ horas y su estructura es como sigue:
 El consultor comienza por enunciar el plan de la entrevista al candidato;
 El candidato presenta brevemente su Curriculum Vitae (5 a 10 minutos máximo);
 El consultor pide precisiones sobre este u otro punto del Curriculum Vitae;
 El consultor describe el puesto y pide al candidato si tiene preguntas que hacer sobre el puesto;
 El candidato entonces le interroga y aborda, llegado el caso, la negociación del salario;
 Como conclusión, el candidato da su parecer sobre el puesto que le presentan; el consultor paralelamente decide si el candidato vale o no efectivamente con el puesto.

 
La entrevista donde sólo habla el candidato:

Aquí, el consultor se contenta con hacer una sola y única pregunta, muy general, en el principio de la entrevista: "Hábleme de usted", "presénteme su CV", o incluso "preséntese".

La exposición del candidato no debe exceder de 10 minutos; debe ser viva y atractiva, el objetivo es el de exponer su CV y el de convencer al que le escucha de que está usted realmente motivado.

Durante este tipo de entrevista:
 No se exceda pues apenas dispone de información concreta del trabajo. Cuanto más hable más desvelará sus carencias y más armas dará a la parte contraria para desestabilizarle;
 Sepa, por tanto, ser preciso y argumentar. Puede preparase elaborando, por escrito, un pequeño resumen de cerca de cinco minutos donde antepondrá sus logros y sus competencias técnicas;
 Puede igualmente clarificar una pregunta muy difusa preguntando al consultor qué es lo que desea saber en particular.
Atención: Es un hecho el que algunos consultores recurren al silencio absoluto para desestabilizar al que tienen delante de ellos. Desconcertado, el candidato se siente tentado de llenar el vacío hablando demasiado, lo que puede conducirle al error.
Es preferible en esta situación implicarse en el juego, respetar de igual manera los momentos de silencio (no más de 10/15 segundos) y hacer la pregunta siguiente para validar lo que va a decir: "¿Es ésta la respuesta que le conviene o prefiere que la desarrolle?".


 
La entrevista bajo presión

Es relativamente raro este tipo de entrevista, pensada para ponerle a la defensiva y así analizar sus reacciones.

El mundo de los negocios no es precisamente de una ternura excepcional, a algunos directores les gusta ejercer una presión psíquica importante sobre el demandante del empleo: sus resultados serán minimizados, sus decisiones criticadas, así como sus cualidades personales. No se deje sorprender y no llegue a conclusiones apresuradas; no es más que otro tipo de entrevista que pretende un mismo fin.


 
La entrevista examen técnico

Es frecuente en los puestos técnicos: contable, ingeniero...
Se enfrentará a una situación técnica típica que habitualmente encontrará en el ejercicio de la función propuesta.


 La entrevista de preguntas/respuestas distendida

Muy extendida y especialmente eficaz, funciona como un verdadero intercambio: le hacemos las preguntas, y usted responde con toda libertad de tratar este u otro punto.

¡Aún así, no se fíe! Nunca olvide que está aquí para venderse, y no para charlar de cualquier forma con un interlocutor que puede parecerle simpático. Éste podría tenderle trampas en el curso de la conversación... ¡Esté por tanto alerta y mantenga una actitud despierta!

CONSIDERE LA "POST-ENTREVISTA"


 Sepa acabar la entrevista
La entrevista toca a su fin, su interlocutor le da la señal de salida. Es el momento de darle a entender que ha captado perfectamente los pormenores del empleo propuesto:
 Resuma en dos o tres frases lo que diga y, sobre todo, reafirme su interés por el trabajo;
 Puede incluso preguntar a su interlocutor qué piensa de su candidatura. Si acepta responderle, sabrá si su mensaje ha calado y cuáles son sus puntos fuertes y débiles que ha denotado. No reaccione mal en ningún caso si su impresión ha sido negativa, intente dar la réplica sin acritud: "para completar su información, me gustaría precisar en los puntos siguientes";
 Pida datos precisos sobre el desarrollo de la selección: ¿quién y cuándo llamará? No dude en tomar la iniciativa haciendo una propuesta; tomará así el control de la situación.
Hasta que no salga del edificio la entrevista no ha terminado. Agradezca el tiempo que le han dedicado, siga sonriente en todo momento y hasta el final, con mirada franca y directa.

No se olvide de saludar al recepcionista al salir... los jefes suelen a veces pedirle su impresión sobre los candidatos.


 
Marque la diferencia tras la entrevista

Tras la entrevista confirme su interés y agradezca a su interlocutor a través de una carta el tiempo prestado:
 esto refuerza su imagen de profesional y confirma su interés por el puesto;
 esto le distingue sobre los demás;
 le permite reincidir sobre sus puntos fuertes.

 
Se le ha hecho una oferta; defina sus objetivos para responder de la mejor manera

Reflexione tranquilamente y aclare el orden de sus prioridades, destaque las metas que pretende satisfacer realmente frente a las que le parecen accesorias.

Para ayudarle, hágase las preguntas siguientes:
 ¿Qué me atrae de este trabajo?
 ¿Cuáles son mis necesidades y metas tanto en el plano material como psicológico (vida personal y familiar, responsabilidades, autonomía, poder...)?
 ¿Cuáles son las normas en vigor en la profesión (salario, remuneraciones...)?
 ¿Cómo puede encajar este trabajo en la perspectiva de una carrera a largo plazo?
 ¿Sobre qué objetivos me mantengo inflexible, sobre cuáles puedo transigir?
Sepa marcarse sus objetivos mínimos pero nunca se lo diga al empresario potencial pues éste siempre tendrá en cuenta los mínimos a la hora de hacer su oferta.
En el curso de la negociación, tenga argumentos concretos, sea flexible, claro, y pida precisión sobre los puntos que no han quedado muy claros con el fin de comprobar que habla en los mismos términos que los responsables de la empresa. Sepa hacer concesiones de poca importancia para así obtener grandes ventajas en otros puntos.


 
La contestación es positiva, ha firmado: ¡felicidades!

Sus objetivos han sido cumplidos; dimita con dignidad, deje con buenas maneras a su antiguo patrón, no sabemos nunca qué puede pasar en un futuro.

Escriba unas notas personalizadas a todas las personas que le han ayudado en la búsqueda y no se olvide, cuando esté en el puesto, de ayudar a los que se encuentren en dificultades.


 
La contestación es negativa

Otro candidato ha sido mejor que usted, ha sabido venderse mejor... Es el juego.

No dude en contactar con su interlocutor para saber por qué su candidatura ha sido rechazada; no sea agresivo en este caso, su objetivo es el de tomar nota de sus puntualizaciones para prepararse mejor en su siguiente entrevista.

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