La función principal del currículum vitae
En primer lugar, debes tener en claro que el currículum no es más que una herramienta cuyo único propósito es conseguirte entrevistas de trabajo. Si hace lo que hizo la hoja de vida en tu fantasía, entonces significa que funciona, si no, es totalmente ineficiente. Un currículum es tu publicidad, la cual debe gritarle al empleador "si me compras, obtendrás tales y cuales beneficios", por ello, es imperante que resalte tus atributos, y sea lo suficientemente agradable y atractiva al lector que le pique el ojo y prácticamente lo obligue a leerla. En conclusión, debe crear un apetito, estimular el interés. Es un error pensar que tu currículum equivale al cuento de la historia de tu pasado, o que es una expresión de tu personalidad. Por supuesto que parte de tu hoja de vida se enfoca en la experiencia laboral que hayas ganado hasta ese momento, pero al desarrollarla, no puedes simplemente lanzarte a hacer una lista de empleos previos, sino que debes exponer tu vida de manera tal que cree interés, entusiasmo. Si asumes esta perspectiva lo más probable es que tu producto final difiera mucho en calidad al de los demás. La mayoría de las personas realizan un currículum porque saben que lo necesitan para conseguir trabajo, por ello, no asumen esta tarea creativamente o con cariño, sino más bien como una obligación o formalidad fastidiosa que cumplir. Si te mentalizas que una buena hoja de vida puede ser tu ticket a conseguir el trabajo que quieres, tal vez te entusiasmes un poco más al crear lo que puede ser una obra de arte en lo que a currículos se refiere. En la mayoría de casos, personas que hacen su CV desconocen cuál es el objetivo de este documento y, por tanto, se limitan a escribir lo que todo el mundo le ha dicho que debe aparecer en ese texto. ¿Para qué te servirá el currículum? Pues para venderte, para decirle a quien lo lea que eres la persona que necesita en una determinada vacante de su empresa. Eso significa que cada CV tiene un destinatario concreto, y cada destinatario tiene unas necesidades diferentes a cualquier otro. Por ahora centrémonos en los aspectos generales, en aquellos datos que siempre son interesantes para cualquier reclutador. Información personal como tu nombre, tu edad o la forma más rápida de dar contigo son de obligada presencia. Ahora pasemos al resto de datos. Te proponemos que mantengas una estructura clásica para presentar los datos. Esta, básicamente, se compone de seis apartados que DEBEN incluirse: Objetivo y Síntesis, Estudios, Experiencia laboral, Idiomas, Conocimientos Informáticos y Aficiones. Puedes cambiar el orden de los factores si crees que, por ejemplo, tu experiencia es más importante que tus estudios. Esta decisión dependerá de la información que tengas sobre la empresa y de la importancia que tú creas que tengan tus estudios para conseguir un trabajo. Cuando describas los estudios que has realizado, coloca en primer lugar aquellos que tengan relación directa con el trabajo que quieres conseguir. Por muy bueno que hayas sido estudiando X, si quieres llegar a Z pero ninguno de los dos estudios tiene relación, omítelo o colócalo después de cualquier curso que te acerque al puesto que quieres alcanzar. En el apartado de la experiencia laboral, quítate de la cabeza la idea de hablar del aquel trabajo de verano que cogiste hace diez años y que no tiene nada que ver con Z. Si quieres ser informático, no es aconsejable que gastes espacio explicando que fuiste canguro hace más tiempo del que quieres recordar. Con los conocimientos informáticos pasa algo parecido. Conviene centrarse en las herramientas que más útiles van a ser para llevar a cabo el trabajo a que aspiras. Pero eso no quiere decir que un diseñador borre de esta lista el WordPerfect. El último apartado, aficiones, suele ser el más descuidado de esta lista cuando es tan importante como cualquier otro apartado de un currículum. Aquí tienes la oportunidad de demostrar que eres creativo, tienes capacidad de decisión, te gusta innovar o sabes trabajar en equipo, por citar algunos rasgos personales que pueden interesar a un reclutador. Una vez hayas redactado el currículum, busca a algún profesional del ramo para que te descubra sus puntos débiles. Aunque la opinión de amigos y familiares siempre es importante, ellos no van a contratarte. Si después de leer lo que has escrito, el profesional no duda en ofrecerte ese puesto, has hecho un buen trabajo. |
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